Después de darnos un entrevista y esclarecer cómo funciona el #USVote12, el analista internacional Ramiro Escobar, publica hoy día su columna en el diario La República. Aquí la puedes leer:

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Al final de hoy, de este martes de otoño norteamericano, se sabrá si Barack Obama tiene un segundo debut que haga renacer la primavera política que encabezó hace 4 años. Es probable, pero lo seguro –si lo logra– es que los 4 años venideros tendrán un clima difícil, en la medida que los republicanos no se irán a sus cuarteles de invierno.

¿Por qué el presidente llega con algo más de posibilidades que el empeñoso Mitt Romney? Influye, claro, el laberíntico sistema de votación. Como los demócratas tienen ya una cierta votación popular asegurada en estados clave (por ejemplo, California y algunos de la costa Este), sus ‘electores’ fijos se aproximan a 243. Pero eso no es todo.

Más allá de esas cifras –con 270 miembros del Colegio Electoral, hay un ganador–, algo parece agitarse en las capas tectónicas de la sociedad estadounidense. La intensidad y diversidad de la migración se ha mantenido, e incluso ha aumentado, y eso está provocando que las sacudidas en las urnas tengan un cable a tierra étnico.

No es casual que dos de los estados en disputa –Ohio con 18 electores y Florida con 29– sean un laboratorio de esta ola histórico-política. En el primero, han aumentado la población y los negocios de inmigrantes, mientras que en el segundo ser latino ya no es sinónimo de odiar a Fidel Castro y votar al elefante.

Ciertamente, no hay una equivalencia perfecta entre ser migrante y no ser conservador. Temas como el matrimonio gay o el aborto pueden activar el sustrato beato de algunos hispanos. Pero, puestos frente al dilema, este y otros colectivos siempre preferirán a un mandatario que, al menos, no les haga tantos pleitos legales.

Obama emerge, entonces, como un punto de quiebre entre el desgaste provocado por George W. Bush y un momento en el cual la sociedad norteamericana pasa por un tumbo social importante. Ya hay un contingente diverso que reclama presencia, que puede ir a votar y al que un afroamericano en la presidencia no le alarma.

Lo mismo ocurre afuera. Más de una encuesta evidencia que el gran candidato global es Obama. Ganaría aplastantemente si la votación fuera en todos los países, que le dirían NO a quienes lo quieren revocar del cargo. Porque, así como dentro de EEUU ya cansan unos valores añejos, en el exterior cansa ver la imagen del Tío Sam.

No será fácil, sin embargo. Las aguas conservadoras golpean aún fuerte. Pueden dar una sorpresa y mandar al presidente de vacaciones. Pero lo que no se podrá negar es que estos comicios con un negro que va por la reelección (¡qué atrevimiento!), en un país donde el racismo aún pisa fuerte, son todo un acontecimiento del siglo XXI.

Fuente: diario La República