#ElPerúQueQueremos

ARTÍCULO DE OPINIÓN POR EL PRESIDENTE BARACK OBAMA

Publicado: 2012-11-05

En los últimos días, todos hemos estado debidamente enfocados en una de las peores tormentas de nuestras vidas. Lamentamos las muertes de aquellos que hemos perdido. Y nos comprometemos a ayudar a aquellos que han sido profundamente afectados para que se recuperen y reconstruyan.

Porque ante la adversidad, Estados Unidos siempre se demuestra estar a la altura. Las pequeñas diferencias que nos consumen día a día pronto desaparecen. No existen demócratas ni republicanos durante una tormenta—sólo otros estadounidenses. Así enfrentamos los tiempos más duros: juntos.

Ese espíritu ha guiado a este país durante su trayectoria inverosímil de más de dos siglos, especialmente como una nación de inmigrantes. Muchos han llegado a Estados Unidos de todo el mundo, dispuestos a arriesgarse, construir sus sueños y asegurarse de que sus hijos puedan soñar aun más grande. Ese es el espíritu que nos ha sostenido durante los últimos cuatro años.

Hace cuatro años, estábamos enredados en dos guerras y la peor crisis económica desde la Gran Depresión. Juntos, hemos luchado para resurgir. La guerra en Irak terminó, Osama bin Laden está muerto y nuestros héroes están regresando a casa. Nuestras empresas han generado más de 5 millones de nuevos empleos en los últimos dos años y medio. El valor de las viviendas y de nuestros fondos de retiro está subiendo. Somos menos dependientes del petróleo extranjero que en cualquier periodo de los últimos 20 años. Y la industria automotriz estadounidense ha resurgido.

Aún no estamos donde queremos estar. Pero hemos logrado un progreso real. Y el martes, todos los estadounidenses podrán escoger entre dos visiones fundamentalmente distintas de lo que hace fuerte a Estados Unidos.

Creo que la prosperidad de Estados Unidos fue construida sobre la fuerza de nuestra clase media. No tenemos éxito como país cuando unos cuantos ganan mientras los demás batallan para pagar sus necesidades básicas—nos beneficiamos cuando todos tienen una oportunidad, todos ponen de su parte y todos siguen las mismas reglas.

Cuando Bill Clinton fue Presidente, él creyó que si Estados Unidos invertía en las herramientas e ideas de su pueblo, resultaría en buenos empleos y empresas. Su plan económico les pidió a los estadounidenses más ricos que pagaran un poco más para que pudiéramos reducir nuestro déficit y seguir invirtiendo en capacitación laboral y educación, investigación y tecnología, un mejor cuidado de salud y una jubilación digna. ¿Y qué pasó? Para finales de su segundo mandato, nuestra economía generó 23 millones de nuevos empleos. Los ingresos subieron. La pobreza disminuyó. Los déficits se convirtieron en el más grande superávit en la historia.

El camino que ofrece el gobernador Romney es el mismo que intentamos por ocho años después de que el presidente Clinton dejó el cargo—una filosofía que dice que los más ricos pueden seguir una serie de reglas muy diferente a la de todos los demás. Reducciones de impuestos más grandes que no podemos pagar. Motivar a las empresas a exportar empleos y ganancias. Menos reglas para los grandes bancos y las aseguradoras. Vetar el DREAM Act y hacerles la vida imposible a los trabajadores indocumentados para que se “auto-deporten”. Estas son las políticas que causaron la crisis económica.

En las últimas semanas de esta campaña, el gobernador Romney se ha autonombrado un agente del cambio. Y le concedo una cosa—ofrecer otra reducción de impuestos de $5 billones que beneficia desproporcionalmente a los más ricos, proponer $2 billones en gastos de defensa que nuestras fuerzas armadas no pidieron y darles más poder para los grandes bancos y las aseguradoras sí representa un cambio. Pero no es el cambio que necesitamos.

Sabemos reconocer el cambio verdadero. Y no podemos darnos por vencidos ahora.

El cambio es un Estados Unidos donde las personas de todas las edades tienen las habilidades y la educación que los buenos empleos requieren. Enfrentamos a los bancos que habían cobrado de más por los préstamos estudiantiles durante décadas e hicimos que la universidad fuera más asequible para millones de estudiantes, incluyendo los latinos. Ahora, reclutaremos a 100,000 maestros de matemáticas y ciencias para que los empleos de alta tecnología y altos ingresos no terminen en la China, y capacitaremos a 2 millones de trabajadores en los colegios comunitarios para que tengan las habilidades que las empresas locales necesitan ahora.

El cambio es un Estados Unidos que sea el hogar de la próxima generación de manufactura e innovación. No soy el candidato que dijo, “deja que Detroit quede en bancarrota”, soy el Presidente que confió en los trabajadores estadounidenses y el ingenio estadounidense. Ahora quiero un código tributario que deja de premiar a las empresas que exportan empleos al extranjero y que empieza a premiar a empresas que generan empleos aquí; uno que deja de subsidiar las ganancias de las petroleras; y sigue apoyando los empleos de energía limpia y tecnología que recortarán nuestras importaciones de petróleo a la mitad. Así se generan empleos y se apoya el espíritu de los trabajadores latinos y las pequeñas empresas latinas.

El cambio es un Estados Unidos donde levantamos la sombra de la deportación que agobia a millones de personas y les ayuda a ganarse su ciudadanía. Propusimos un cambio en nuestras leyes para eliminar el papeleo para que los ciudadanos estadounidenses no sean separados injustamente de sus seres queridos mientras esperan la residencia permanente. Y en vez de esperar que actuara el Congreso, permitimos que jóvenes patrióticos que son estadounidenses en todos los sentidos menos en papel, puedan dejar de temer ser deportados. Pero no es una solución permanente, así que seguiré trabajando con cualquier congresista para pasar el DREAM Act e implementar una reforma migratoria integral para construir un sistema migratorio legal que premie el esfuerzo y exija responsabilidad.

El cambio es un Estados Unidos que le de vuelta de página a una década de guerra para invertir en nuestro propio país. Mientras sea comandante-en-jefe, perseguiremos a nuestros enemigos con las fuerzas armadas más fuertes del mundo. Pero es hora de usar los ahorros de terminar las guerras en Irak y Afganistán para pagar nuestra deuda y reconstruir Estados Unidos—nuestras calles y puentes y escuelas.

El cambio es un Estados Unidos donde reducimos nuestro déficit al recortar los gastos donde podamos y pedir que los estadounidenses más ricos de nuevo paguen las tasas de impuestos que pagaron cuando Bill Clinton fue Presidente. He trabajado con republicanos para recortar un billón de dólares en gastos y haré más. Trabajaré con cualquier persona de cualquier partido político para llevar a este país hacia adelante. Pero no estoy dispuesto a eliminar el seguro de salud de Medicare de millones de personas de bajos recursos, personas de la tercera edad o personas con discapacidades, ni convertir a Medicare en una libreta de cupones para pagar otra reducción de impuestos para millonarios.

Los estadounidenses más ricos no necesitan otro defensor en Washington. Las personas que necesitan un defensor en Washington son los estadounidenses cuyas cartas leo cada noche; los hombres y las mujeres que conozco todos los días en campaña. Los cocineros y personal de limpieza trabajando horas extras en un hotel en Las Vegas. El constructor de muebles quien se capacita para una carrera en biotecnología a la edad de 55. La maestra que se ve obligada a pasar menos tiempo con cada estudiante en su aula llena. El DREAMer que sueña en ser algo grande. Cada empresario latino que busca ampliar su empresa y ser justo con sus empleados. Todos estos estadounidenses necesitan un defensor en Washington.

Cuando estos estadounidenses tienen éxito, Estados Unidos tiene éxito. Ese es el cambio que necesitamos hoy. Es hora de terminar lo que hemos comenzado—para educar a nuestros hijos, capacitar a nuestros trabajadores, generar buenos empleos, desarrollar nuevas fuentes de energía y nuevas oportunidades—para garantizar que sin importar quién es, de donde viene o como inició su vida, este es el país donde puede lograr lo que se proponga si se esfuerza.

El Estados Unidos en el que creemos está a nuestro alcance. El futuro que esperamos está a la vista. Por eso, le pido que me brinde su voto este martes.

Nota tomada de votolatino2012.com


Escrito por

USVOTE12

Somos un Equipo formado para cubrir en vivo las “ELECCIONES PRESIDENCIALES AMERICANAS” mediante recursos digitales audiovisuales. En DIRECTO desde la EMBAJADA DE USA en LIMA-PERU.


Publicado en

Elecciones USA 2012

Otro sitio más de Lamula.pe